Enrike en el país de los cuentos

Érase una vez un niño que se llamaba Enrike. A Enrike le gustaba mucho leer, cada semana cogía un libro de la biblioteca para leerlo.
Un lunes por la mañana, Enrike fue a la biblioteca.
Su madre le dijo:
- Enrike, coge un libro para leer.
Enrike estaba tardando mucho en decidirse pero encontró un libro que le interesó muchísimo, lo cogió y se lo llevó.
Cuando llegó a casa cogió el libro y dijo:
- He cogido un libro muy raro... me pregunto si estará interesante.
¡Enrike cogió el libro! ¡Desapareció dejando un fuerte sonido!: ¡PUF!
Enrike estaba en un bonito jardín.
Se encontró en el jardín a muchos muñecos hechos con sacos. Uno quiso ser su amigo y Enrike aceptó.
Su amigo le dijo sentado en una montaña, ya fuera del jardín, que los sacos como él se llamaban Sack.
Le contó que tenían que investigar por qué estaban desapareciendo Sacks de esa zona y que posiblemente él también se convertiría en un Sack en su viaje.
Partieron de viaje a Villacrepúsculo para recoger un libro que había en aquel lugar.
El libro servía para derrotar al Sack malo, sin el libro no podían derrotarle, por eso lo necesitaban.
Encontraron el libro y fueron todo su viaje con él, mientras que el Sack malo les esperaba.
Cuando llegaron los buenos (Sack Enrike, Sack y el libro) tuvieron que pasar por muchas trampas y todas eran muy difíciles.
Consiguieron pasar todas las trampas, llegaron y derrotaron al Sack malo, liberaron a los prisioneros y volvieron todos a casa.
Y todos vivieron felices.

Sergio Luna Valle - 4ºB